¿Qué es la maestría en Administración de Negocios?

Una empresa es un mecanismo sofisticado, por lo que al contar con una maestría en Administración tendrá lo necesario para que todos los componentes de una empresa funcionen adecuadamente, ya que controlará las finanzas, el personal y el tiempo de la organización.

El objetivo de esta carrera es asegurarse de que todas las empresas, independientemente de su tamaño, funcionen con eficacia y éxito. La maestría ofrece conocimientos en las diversas áreas de una empresa, como marketing, ventas, recursos humanos, finanzas y tecnologías de la información. También se mejoran habilidades blandas como el liderazgo, la retroalimentación y la comunicación.

Tiene la responsabilidad garantizar que las actividades cotidianas de la empresa se orienten en alcanzar los objetivos corporativos. Además, podrá dirigir su propio negocio o trabajar en cualquier tipo de empresa.

¿Qué aprenderá en esta maestría?

Aprenderá a supervisar las principales operaciones de una empresa y a garantizar que las tareas administrativas y financieras se ejecutan con precisión, puntualidad y cumpliendo la ley. Al estudiar esta carrera se le capacita para:

  • Asegurarse de que la empresa es productiva y está organizada.
  • Gestionar directamente las operaciones financieras.
  • Crear presupuestos y asignar recursos.
  • Revisar los informes de beneficios y ventas.
  • Crear planes para aumentar las ventas y recortar gastos.
  • Colaborar con otras áreas de la empresa.
  • Determinar nuevas oportunidades comerciales.
  • Hablar en nombre de la empresa con clientes, inversores y proveedores.
  • Asistir a eventos para crear redes empresariales.

¿Qué habilidades desarrollará?

A lo largo de la carrera, adquirirá las siguientes habilidades que le ayudarán a traducir los objetivos ejecutivos en una estrategia eficaz:

  • Comunicación. Implica prestar atención y escuchar activamente, así como hablar y escribir con claridad, observar y empatizar con la otra persona.
  • Flexibilidad. Saber improvisar, adaptarse y ajustar las tácticas para hacer frente a cualquier obstáculo.
  • Paciencia. Capacidad de soportar esperas, retrasos y dificultades sin alterarse ni desesperarse.
  • Liderazgo. Se trata de una capacidad crucial para un puesto directivo en el que hay que liderar e inspirar a un equipo.
  • Planificación estratégica. Comprender cómo planificar con visión de futuro.
  • Innovación y creatividad. Utilizar las mejores técnicas existentes, así como la información de que se disponga para proponer nuevas soluciones.
  • Multitarea. Saber planificar el tiempo para completar diversas tareas sin distraerse.
  • Centrarse en los detalles. Ser capaz de terminar las cosas atendiendo a todos los componentes, por minúsculos que sean. Esto implica prestar mucha atención tanto al trabajo propio como a la actuación de otras personas cuando se actúa en calidad de administrativo.
  • Resolver los problemas. Determinar la naturaleza del problema, sus causas, la prioridad de las cuestiones que deben resolverse y las posibles soluciones.
  • Tomar decisiones. Examinar las ventajas y desventajas, además, compararlas y seleccionar la que más beneficie a la empresa.